"Querido amigo: así de sencillo se dice y lo difícil que es encontrar unos , nuestra amistad nacida hace 62 anos en la Secundaria No 13. Cuando eramos unos chavales con ansias de comenzar a descubrir lo que la vida nos reservaba. Nuestras primeras salidas con los amigos, el primer cigarro, las idas al cine en palomilla, el helado a la salida de la secundaria, las tareas en la biblioteca, el club Asturiano y tantas otras cosas.

Luego la Preparatoria No 5 de la UNAM. La novatada, rodeados de alfalfa y vacas. Las meriendas en casa familiar con conchas y nata, los primeros viajes Acapulco, Tierra Blanca, Zitacuaro y vuelta a Acapulco a la casa de mis padres. Los primeros tragos a escondidas con los amigos, el Jazz en la Embajada Americana los martes sin faltar el cigarrillo y luego a seguir tomando café en Sambors de la Zona Rosa. Las primeras novias, el auto de tu hermana Helen que nos prestaba con cierta irresponsabilidad para salir a dar la vuelta, tu madre esperándote a que llegaras después de las salidas de los sábados por la noche.

Pero como todo en la vida va cambiando, tomamos caminos distintos, tu a Química yo a Arquitectura, pero nuestra amistad continuo, recuerdo que al terminar nuestra carrera trabajaste en un laboratorio en AV. Universidad y luego te fuiste a Israel a estudiar algo sobre energía solar. A tu regreso ya no eramos dos si no seriamos cuatro: Maggi y Aurora formarían ahora parte de nuestras vidas. Visitas a cenar tanto en la cabana del Ajusco o Tepepan, mas tarde Tlalpuente. Posteriormente te fuiste a Italia a la FAO ya con tus hijas Natalia y Mariana y a peregrinar por el mundo. Nos dejamos de ver por muchos anos, pero las casualidades de la vida nos volvieron a reunir, nos vimos en Samborns de San Ángel, los anos, los tuyos y los míos se encontraron y oh ! sorpresa eramos los mismos tíos de siempre solamente con algunas canas a cuesta. Platicamos por horas con algunas cubas de ron para ponernos al día y acordamos comer en casa junto con mi familia, mi madre que te tuvo tanto carino así como mis hermanas, mis hijos y nueras. Fue un gran reencuentro.

Volvimos a reunirnos periódicamente los cuatro en casa como afuera para tener platicas esplendidas, recuerdos, viajes, política, libros, familia, no nos faltaba tema, entre tus idas y venidas a Spoleto, Cuba y Zihuatanejo, pero ahora lamento mucho no haberlo hecho con mas frecuencia, no nos percatamos que ya no tendríamos lo que ya poco nos quedaba: tiempo.

Podría escribir un libro completo sobre nuestra amistad y entre telones pero no lo haré, el recuerdo de tu amistad no lo necesita, lo llevare por siempre.

De tu amigo y cuate Anselmo Rossier"